REFLEXIONES SOBRE LA EVOLUCIÓN NATURAL DEL ARTE URBANO Y EL GRAFFITI
Suponemos que los seres humanos primitivos no eran conscientes de que estaban creando arte. En los abrigos rupestres de La Sarga, hace miles de años, los humanos pintaron el impacto que tenía en ellos la realidad que vivían. Se trataba de grandes figuras rojo intenso, de trazo grueso, con formas macroesquemáticas que representaban personas y animales. Para los arqueólogos, estas pinturas suponen un gran avance en la investigación. Tanto es así que “un grito de emoción precedió al hallazgo”, tal como expresó Camil Visedo Moltó, el primer director del Museo Arqueológico Municipal de Alcoy.
También se han descubierto expresiones significativas en muros en la ciudad romana de Pompeya, sepultada por lava volcánica. Dentro y fuera de las casas se hallaron dibujos, frases, nombres y firmas (tags): un repertorio de declaraciones de amor, textos eróticos y sexuales, escritos políticos y anuncios comerciales. Estos constituyen un fascinante testimonio de la vida urbana de la época, mostrando cómo los habitantes escribían para definir su territorio o dejar constancia de su paso por el mundo.
Joan Fuster relata en El descrédito de la realidad cómo el arte de la pintura comenzó a resurgir en un pequeño pueblo cercano a Florencia llamado Vespignano, donde nació un prodigioso niño. Este niño, que podía dibujar una oveja del natural, dejó asombrado a Cimabue, quien viajaba a Bolonia y lo vio esbozando ovejas sobre una piedra. Ese niño se convertiría en su aprendiz: Giotto. Una vez más, un dibujo sobre piedra.
En 1930, Diego Rivera pintó un mural con Marx, Lenin y Trotsky en el Rockefeller Center de Nueva York—en pleno corazón del capitalismo. El mural fue destruido de inmediato, pero el pintor lo reprodujo en el Palacio Nacional de México. El arte siempre ha sido utilizado por la política y el poder, del mismo modo que los artistas han buscado concienciar y provocar cambios sociales, invitando a reflexionar sobre los abusos y las injusticias. Asimismo, la pintura abstracta en Nueva York se convirtió en una poderosa herramienta para contrarrestar la propaganda soviética—un arte sin mensaje, que dio lugar al expresionismo abstracto con artistas como Pollock y Rothko, entre otros.
Berger nos enseñó a mirar las obras y las pinturas. Del mismo modo, el arte callejero ha existido siempre por la necesidad humana de expresar emociones personales o colectivas. En los años 80, el mercado del arte introdujo el grafiti en el ámbito artístico en forma de pinturas u obras gráficas. Estas reflejaban la necesidad personal y psicoevolutiva de sus creadores, pero mantenían el espíritu libre y revolucionario del grafiti callejero. Esta transformación se conoció como Aerosol Art o Gallery Graffiti. Galerías, museos y espacios artísticos dieron impulso a este nuevo movimiento.
En España, la llegada del grafiti neoyorquino a ARCO en 1985 causó un gran impacto con obras de reconocidos artistas-escritores como Keith Haring, Jean-Michel Basquiat, Lady Pink y TOXIC. Su presencia en la feria abrió camino a artistas locales en ediciones posteriores.
En Alcoy, la pintura mural surgió en los años 80 como medio para denunciar injusticias como el despilfarro, el consumismo, el genocidio o el golpe de Estado de Pinochet en Chile en 1973. Más adelante, la revolución del grafiti llegó a las calles, convirtiéndose en una seña de identidad. Como en otros lugares, se creó una red de conexiones entre artistas locales y regionales, que impulsó la evolución y expansión de este fenómeno sociocultural. La naturaleza efímera de esta práctica hace que muchas zonas que antes estaban activas hayan desaparecido con el tiempo. Sin embargo, la evolución natural del movimiento grafitero ha seguido desarrollándose, abarcando tanto el arte callejero como el arte urbano.
El festival Urban Skills en Alcoy ha reactivado esta práctica artística. Celebrado anualmente durante los últimos cinco años, el festival reúne a artistas urbanos del panorama nacional e internacional. La magnitud del proyecto transforma los barrios de la ciudad en un museo al aire libre, convirtiendo las calles en un espacio de comunicación y arte.
Texto de: Maria Guillem
Historiadora del arte y comisaria de la exposición
Artistas participantes: Vincent C.V.D. Spek (Kaniz), Xavi Ceerre, Lluïsa Penella, Germán Bel (Fasim), Javier Pérez (Roice 183) y Stillo Noir (Tanya Heidrich).
Textos de la exposición: Maria Guillem y Óscar García.